La Palabra de nuestro Dios es aliento a nuestro espíritu, porque a través de ella podemos entender las cosas que Dios nos ha puesto en frente.
Su Palabra entra en nuestro corazones y llena todo nuestro interior. Cuando estamos en total desesperación recurrimos a ella y ella no sustenta. Esto es porque Dios es el autor el que conoce cada unas de nuestras intenciones.
Hay una canción muy linda del cantante portorriqueño Danny Berrios que dice: «Tu palabra escondí, guardada en mi corazón, para yo no pecar contra ti Señor, Tu palabra escondí». Está basada en Salmo el 119:
En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
Salmo 119:11
A través de esto podemos entender que si guardamos las Palabras de nuestro Dios en nuestros corazones evitaremos pecar contra el Señor, porque al tenerlas en nuestros corazones las llevaremos donde quiera que vayamos.
1 Hijo mío, no te olvides de mi ley,
Y tu corazón guarde mis mandamientos;
2 Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán.
Proverbios 3:1-2
Este es un mandato del Señor para cada uno de nosotros, sobre todas las cosas escudriñemos sus palabras, y guardémoslas en cada uno de nuestro corazones, porque si hacemos esto, entonces Dios nos dará largura de días, por ser fieles a sus palabras, ya que de esta forma estamos obedeciendo a Dios.
De esta forma podremos conocer las artimañas del enemigo, cuando él venga a nosotros con cosas extrañas. También Dios nos ayudaría a que cuando venga el mal no nos haga daño, porque Él nos protegerá.
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
Salmos 119:105
En nuestro día a día sus palabras alumbran nuestro camino, en la oscuridad no tropezaremos porque su luz nos alumbrará. Podremos entender cosas que no entendíamos porque sus palabras alumbraron nuestros pensamientos.
Es bueno que cada día procuremos tener la Palabra de Dios como nuestro principal apoyo, porque a través de ellas seremos alumbrados en todos nuestro caminar.