Cómo ser hijo de Dios

El mayor privilegio que ha tenido este mundo es haber recibido a Dios hecho carne. En la historia muchos hombres de renombre han pisado este mundo, y muchos de ellos los recordamos al día de hoy, nos hablan de ellos en los libros de historias. Pero hay alguien llamado Jesucristo que sobrepasa la importancia de cada ser que ha pisado este mundo, puesto que es el único que fue capaz de entregarnos al salvación de nuestras almas, demostrando un amor que es indescifrable. 

La muerte de Cristo en la cruz nos regaló el más grande tesoro: «Ser hijos de Dios». No existen cursillos para ser hijos de Dios, no existen obras por las cuales podamos ganarnos este preciado título, lo único que nos hace hijos de Dios es la muerte de Cristo en la cruz, ya que por Él somos justificados y salvos de nuestras maldades, por lo cual, salvos de la ira de Dios.

La Biblia dice:

12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Juan 1:12-13

Cuando Cristo vino a morir por nosotros muchos lo negaron, por eso dice las Escrituras: «A los suyos vino y no le recibieron». Y aún al día de hoy hay muchos que no aceptan  Jesús como el Salvador, sino que lo ven como cualquier otro hombre, y esto es un grave error, Cristo, Jesús, es el sol de la mañana, Él es Dios y su valor es infinito.

Y lo que nos hace realmente hijos de Dios es que creamos que Cristo es Dios, que se hizo hombre y habitó entre nosotros y a través de su muerte nos dio un nuevo nacimiento, un nacimiento espiritual.

¿Te imaginas todo lo que le costó a Jesús hacernos hijos de Dios? Le costó humillarse a sí mismo y sufrir hasta la muerte, por lo tanto, mantengamos nuestra creencia en Jesús, y vivamos cada día recordando que somos hijos de Dios, por lo cual, debemos actuar diferente a los demás.

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