No busques tu propio bien

Es bueno que todo lo que hagamos sea para gloria y honra de Dios, no nos gloriemos en lo que hagamos, sino demos gracias a Dios por permitirnos vivir y ver el día a día. Y esto es porque sabemos que muchas personas se acuestan, pero no se levantan porque les ha llegado su momento de partir de esta tierra.

Podemos decir que muchas personas buscan hacer su propio bien haciendo cosas que no son del agrado del Señor, y con esto hacen que otros se sientan mal, por su forma de actuar y sin pensar las consecuencias que le podría traer a sus vidas.

Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.

1 Corintios 10:23

Como dice la primera carta del apóstol Pablo a los corintios en su capítulo 10, hablando Pablo sobre las cosas que hacemos, que nos parecen bien y que vemos como satisfacen nuestros cuerpos, pero que no son agradables ante los ojos de Dios.

Todo lo que vayamos hacer es bueno pedirle dirección a Dios, porque Él sí sabe lo que nos conviene, Él sabe lo que nos va a hacer daño y lo que no nos va hacer daño. Dios conoce todas las cosas.

Las cosas que hacemos, que no edifican, sino que dañan nuestro espíritu, nos hacen que nos gloriemos y que pongamos a Dios como en lo último de nuestros planes, pero no es bueno que olvidemos que Dios es quien sabe lo que es bueno o malo para nuestras vidas.

 Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.

1 Corintios 10:24

Cuando le pedimos a Dios por algo y no nos la da, es porque Él sabe que no nos conviene, a veces atacamos a Dios. Diciéndole, «Señor por qué no me das lo que te pido.» Pero es bueno que comprendas, que Dios no quiere lo malo para sus hijos, sino que su hijo pueda disfrutar lo bueno que el Padre le dará a su tiempo. No desesperemos, pidamos en el nombre del Señor, seamos pacientes, y demos gracias a Dios por todo.

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