Señor, ten misericordia de mí y respóndeme

La misericordia de Dios es la que nos sostiene y nos guarda cada día, por eso debemos pedirle al Señor que tenga misericordia de nosotros cada día, así como lo hacía el salmista David.

David se humillaba ante Dios prendiéndole que le guardase en todo momento, que tuviera misericordia de él, el Salmista nunca perdía las esperanzas que Dios hiciera misericordia con él. En él no había desesperación, era porque él sabía que Dios iría en su socorro.

Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;
Ten misericordia de mí, y respóndeme.

Salmos 27:7

Nunca te canses de clamar a Dios, ni de cantar alabanzas en los momentos de dificultad, porque el Señor escucha tu voz, Él siempre está atento a tus súplicas. Aunque no lo puedas ver Él siempre está a tu alrededor, para fortalecerte y para tener de ti misericordia.

Es cierto que muchos cuando tienen problemas no son pacientes, no esperan el momento de Dios, porque solo piensan en que quieren salir de sus problemas y seguir hacia adelante. Pero estas personas cuando Dios le abre el camino y les ayuda con sus problemas, dejan al Señor porque solamente necesitaban salir de esa situación en la que estaban.

Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh Jehová;

Salmos 27:8

Es importante que cada día nos acerquemos más y más al Señor, porque cuando le buscamos nuestras vidas cambian por completo, cada día conoceremos de su grande misericordia y de su amor hacia cada uno de nosotros.

No escondas tu rostro de mí.
No apartes con ira a tu siervo;
Mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.

Salmos 27:9

Él es el Dios de nuestra salvación, busquemos de Él cada día, acerquémonos, andemos bajo sus estatutos, conozcamos sus palabras y gocemos de sus misericordias, la cual él tiene con nosotros. No olvidemos que Él es justo y misericordioso.

...
Dios te librará
Esperanza por gracia
Compártelo usando uno de los siguientes iconos: