Todos hacemos planes, todos tenemos metas y queremos cumplir algo en la vida, y nos esforzamos por ello, y todo esto está bien, pues, el hombre que se comporta de esta manera da a entender que tiene dirección y responsabilidad ante la vida. Pero, lo incorrecto es pensar en hacer todo esto sin ponerlo en las manos de Dios. Hay muchos hombres en la historia de la humanidad que han hecho planes sin Dios y otros han sido más atrevidos y han dicho: «Ni Dios me puede detener». Querido hermano, en los siguientes párrafos veremos la importancia tan grande que tiene el poner nuestros planes en las manos de Dios.
El apóstol Santiago dijo:
13 ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;
14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
Santiago 4:13-15
Lo cierto es que nuestras vidas están en las manos de Dios, nosotros no sabemos cuando partiremos de esta tierra. La vida es como las olas del viento, de momento están aquí y terminan desvaneciéndose, la vida del hombre es como la de una hormiga, la cual va transcurriendo su camino y de repente es pisada por cualquier cosa y hasta ahí llegó su vida. Lo mismo pasa con nosotros, nacemos pero no sabemos cuando va a terminar nuestra vida y es por ello que no debemos gloriarnos por el día de mañana, no debemos hacer planes sin pensar en Dios, sin dar gracias por nuestros logros.
Creo que en la vida de cada creyente cada frase debe ir acompañada de un: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». De esto se trata amados hermanos, y es como dijo el apóstol Pablo:
Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
Romanos 14:8
Vivamos para la gloria de Dios y pongamos en las manos de Dios todos nuestros planes y les aseguro que de esta manera tendremos una vida bendecida en el Señor Jesucristo.
