La parábola de las diez vírgenes es una de las más mencionadas en nuestro tiempo, ya que esta trata con la escatología (El final de los tiempos). Esta parábola hace gran énfasis en que debemos de estar preparados para la venida de Cristo. También es un cuadro perfecto de la venida del Hijo de Dios a buscar a su iglesia y es bueno que la leamos con mucha exégesis para poder identificar cada punto en la misma. Este tema nos ayudará más a estar siempre preparados para el gran retorno de Jesucristo.
Había tres etapas en una boda Judía en aquel entonces. La primera era la del compromiso – un acuerdo formal hecho por los padres. La segunda era la del desposorio – la ceremonia donde se hacían compromisos mutuos. La tercera era la del matrimonio – aproximadamente un año después cuando el esposo llegaba en un tiempo inesperado por su novia.
Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes, que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Y las cinco de ellas eran prudentes, y las cinco fatuas. Las que eran fatuas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; Mas las prudentes tomaron aceite en sus vasos, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas, y se durmieron.
Mateo 25:1-5
Como acabamos de ver, en esta parábola se hace referencia a una gran boda. En aquel tiempo, las bodas significaban la más grande celebración para el pueblo judío. En esta celebración, después de la gran ceremonia, había un gran banquete, con danzas y juegos, lo cual podía durar varios días. Para la pareja, esta representaba la semana más feliz de sus vidas. Para sus amigos esta también era una semana de gran felicidad, pues, era un evento que nadie se quería perder.
Hoy en día tenemos las mismas costumbres prácticamente, hacemos una boda y luego de la ceremonia disfrutamos de un gran banquete y aquellos que se perdieron de la boda simplemente terminan lamentándose porque no pudieron asistir.
Los personajes en este texto son el Esposo y las diez vírgenes (arthenois), las cuales están divididas en dos grupos: Cinco insensatas y cinco prudentes. En Mateo 7 también se hace una referencia muy parecida, y es sobre dos hombres, uno que construyó su casa sobre la arena y otro que construyó la suya sobre la roca. Jesús dice que el hombre sabio es aquel que escucha estas palabras y las hace (Mateo 7:24).
Hay que empezar notando cuales son las características que tenían entre común aquellas diez vírgenes. Lo primero es, que no solamente las insensatas se durmieron, sino que las prudentes también se durmieron, o sea, este no puede ser nuestro reproche hacia las vírgenes insensatas, puesto que todas hicieron lo mismo.
Otro punto muy importante que podemos notar es que tanto las vírgenes prudentes como las insensatas fueron invitadas a las bodas. Y este evento es muy importante, ya que esto es para aquellos cristianos que están dentro de la iglesia pero viven descuidados con sus vidas y no ven el regreso de Cristo como algo serio. Esta parábola para nada está tratando con personas no cristianas.
Ahora, vemos que las vírgenes insensatas y las prudentes tienen varias características en común:
1) Todas son invitadas a las bodas,
2) Todas terminan quedando dormidas,
3) Todas están esperando al esposo.
¿Cuál es aquella gran singularidad que poseen las vírgenes prudentes? Las prudentes tienen la preocupación de tener sus lámparas llenas porque saben que el esposo vendrá, y esto puede ocurrir en cualquier momento, y necesitan estar preparadas. Ellas simplemente están listas y ese es el punto principal de esta parábola.
Hablemos un poco más de «estar preparados»
Las 5 virgenes que no estaban preparadas:
2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
6 Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; salid a recibirle!
7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.
10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
Mateo 25: 2-10
i. “Aparentemente es una procesión alumbrada con lámparas, las lámparas probablemente eran ‘antorchas’ (de trapos llenos de aceite en un palo) en vez de lámparas erguidas, que son descritas por otra palabra en Mateo 5:15 y 6:22; la palabra usada aquí regularmente significa: Antorcha.” (France)
ii. “Sus antorchas consistían de un bastón que agarraban con la mano, con un plato arriba, en el cual había una pieza de tela o cuerda teñida en aceite o brea.” (Bruce)
iii. Aceite en sus vasijas: Las vírgenes prudentes tenían un suministro extra de aceite.
Anteriormente hemos escrito sobre lo importante que era para los judíos la celebración de una boda. Y es muy característico que para cuando una persona algo tiene valor entonces trata de estar preparada. Fíjese usted, cuando tenemos un evento especial, llámese una graduación, una entrevista para un empleo, un sermón el domingo en la iglesia, entre otras cosas; tratamos de estar lo más preparados que sea posible, porque queremos que todo nos salga perfecto.
Partiendo de este punto de vista, tiene mucho sentido que aquellas diez vírgenes debían estar preparadas, pues formaban parte de un cortejo de bodas, y la señal del esposo era el comienzo de esta gran festividad. Sin embargo, había cinco de ellas no que estaban preparadas:
Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre.
Mateo 24:44
¿Qué podemos aprender nosotros de «estar preparados»?
Tenemos mucho por aprender. En primer lugar, debemos ponernos en la posición que nos corresponde: «Somos la iglesia de Cristo» y debemos de actuar como tal. El nuevo testamento nos hace mucho hincapié sobre esto, nos dice palabras tales como:
«No durmamos como los que duermen y seamos sobrios» (1 Tesalonicenses 5:6).
Debemos armarnos de todo aquello que necesitamos para estar listos y no ser sorprendidos en la venida de Cristo. Debemos hacerlo ya, no podemos esperar el último momento, porque entendemos que ese momento no existe.
Hablemos sobre el «retraso de Cristo»
El verso cinco nos habla de una parte esencial de la parábola que dice que al tardarse el esposo las vírgenes se durmieron. Este evangelio Mateo lo escribe medio siglo después de la resurrección de Cristo y está teniendo una lucha constante con lo del retraso de su venida. Y es importante saber que en estas parábolas Mateo está alentando a la iglesia a que se mantenga en un estado de alerta, incluso si están cansados de esperar.
El apóstol Pedro al parecer también sostuvo la misma lucha con aquellos quienes cuestionaban el retorno de Cristo y es por esto escribe:
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
2 Pedro 3:9
Aquí nos damos cuenta que el Señor verdaderamente ha prometido regresar y que su promesa no ha sido retardada. Él no ha dicho: «voy un viernes del siguiente año». Él solamente nos ha dicho que vendrá y ese día no lo sabemos. También es importante saber que además de esta gran promesa hay un sinnúmero de acontecimientos que habían de suceder antes de su venida.
Esa lucha no solamente la sostuvieron Mateo y Pedro, nosotros al día de hoy también escuchamos decir a muchas personas: «Los evangélicos se han quedado esperando a Cristo y nada de venir». O sea, ellos se burlan de nosotros, y les parece algo inútil predicar la venida de una persona que hace más de dos mil años prometió que volvería.
Iglesia de Cristo, la buena noticia es que Cristo viene, y no sabemos el día y la hora. La otra buena noticia es que Él no retarda su promesa. Y por último : «Debemos seguir preparándonos».
Simbolismos de los elementos utilizados en esta parábola
Es importante entender que esta es una parábola y que la misma incluye un gran número de elementos alegóricos. Los estudiosos sobre el tema generalmente reconocen lo siguiente:
- El esposo es Cristo
i. “Ver al esposo como al mismo Jesús parece justificado a la luz de Mateo 9:15. Esta sería una imagen osada para ser usada, pues el Antiguo Testamento frecuentemente describe a Dios (no al Mesías) como el esposo, y a Israel como la novia (Isaías 54:4-5; 62:5; Jeremías 2:2; Oseas 1-3, etc.).” (France)
- Las vírgenes son la iglesia que están esperando el regreso inminente de Cristo.
- Las fiestas de bodas representa el banquete de las bodas del cordero (Apocalipsis 19:9)
- La llegada del esposo a la media noche es el regreso de Cristo por su iglesia.
- Cerrar la puerta representa el juicio final.
¿Qué representa el aceite?
Muchas personas dicen que el aceite representa la «unción del Espíritu Santo». Y este punto del aceite merece nuestra atención, puesto que el gran problema de las vírgenes insensatas fue el no tener aceite en sus lámparas. Lutero decía que el aceite representa la fe. Otras personas han identificado el aceite con las buenas obras, la relación personal con Cristo y la piedad.
Tenemos que irnos al contexto de la parábola, que en este caso es: «estar preparados». Y esto hace gran familiaridad con el sermón del monte (Mateo Mateo Capítulos 5-7). Esto hace una gran referencia con las expectativas de Cristo con su iglesia, y es que Cristo desea que su iglesia esté preparada, que tenga aceite, lo cual significa obedecer las enseñanzas de Jesús.
Las vírgenes insensatas no estaban preparadas porque les faltaba aceite para sus lámparas. En muchos pasajes bíblicos el aceite es un emblema del Espíritu Santo (Como en Zacarías 4:1-7). Sin aceite los que iban a la fiesta no estarían preparados para recibir al esposo. Sin el Espíritu Santo, nadie está listo para el regreso de Jesús.
i. Aceite de olivo es una buena representación del Espíritu Santo por muchas razones.
· El aceite lubrica cuando se usa para ese propósito – hay poca fricción y desgaste entre los que están lubricados por el Espíritu de Dios.
· El aceite sana y fue usado como tratamiento médico en tiempos bíblicos (Lucas 10:34) – el Espíritu de Dios trae saneamiento y restauración.
· El aceite alumbra cuando se quema en una lámpara – donde está el Espíritu de Dios hay luz.
· El aceite calienta cuando se usa como combustible en un fuego – cuando el Espíritu de Dios está, hay calentamiento y confort.
· El aceite vigoriza cuando se usa en un masaje – el Espíritu Santo nos vigoriza para su servicio.
· El aceite adorna cuando se aplica como perfume – el Espíritu Santo nos adorna y nos hace más agradable a los que nos rodean.
· El aceite pule cuando se usa para bruñir metal – el Espíritu Santo nos limpia de mugre y nos alisa nuestras asperidades.
ii. Nadie puede ser un verdadero cristiano sin que el Espíritu Santo more en él, como dice en Romanos 8:9 Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. En esta parábola Jesús probablemente no quiso dar a entender una separación entre los cristianos que están “llenos del Espíritu” y los que no están “llenos del Espíritu”; es probable que la distinción sea entre verdaderos cristianos y falsos creyentes.
iii. Sin embargo, una clave de ser un cristiano preparado es estar constantemente siendo llenado por el Espíritu Santo (Efesios 5:18). Mucha de la debilidad, derrote, y letargo en nuestras vidas espirituales puede ser explicada si no estamos siendo constantemente llenados del Espíritu Santo.
iv. Para que no nos falte a nosotras: “Los mejores no tienen nada extra, sin importar lo que los católicos romanos creen de la tesorería de la iglesia.” (Trapp)
Conclusión
Esta parábola es de gran importancia para la iglesia de Jesucristo, puesto que a través de la misma podemos entender que debemos estar preparados para el día en que Cristo retorne a buscarnos. También debemos entender la importancia que representa aquel día y tomarlo con seriedad.
Y por último, hemos aprendido el castigo que representa el ser descuidados con los asuntos de Dios.
Querido lector, este será un día muy importante, no hay otra cosa más importante que los asuntos de Dios. Debemos estar preparados, debemos tomar aliento, porque Cristo nos ha prometido que vendrá y aquella promesa no se retarda.
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