Dios aborrece las actitudes que cometemos pero Él nunca nos olvida. Es más fácil una madre olvidar su hijo que Dios olvidarse de nosotros. Le gente tiene la costumbre de decir que Dios se olvida de uno cuando algo sale mal o cuando Dios no responde de inmediato. Pero el problema es precisamente porque queremos que las cosas se hagan a nuestro tiempo y a nuestra manera y olvidamos que Dios es quien sabe qué es lo que nos conviene y cuál es el momento correcto para cada cosa.
Dios actúa en el tiempo correcto, no en el tiempo de nosotros. En el momento correcto todo irá a acontecer, todo fluirá en el tiempo de Dios, pues el tiempo de Dios es diferente al nuestro. Y cuando pensamos que todo está perdido, entonces Dios llega y muestra la solución. Ahí es cuando nos acordamos que todo es en el tiempo de Él, no en el nuestro.
Dios no se olvidad de nosotros. Somos nosotros los que nos olvidamos de Él. Muchas veces lo sustituimos por algo inútil y perecedero. La verdadera alegría que tenemos en Él la cambiamos por falsas alegrías que solo alegran nuestra carne por un momento. Y así cometemos el error de decir que Él se olvidó de nosotros.
Independientemente de si estamos pasando por un momento de bendición o de dificultad, debemos glorificarle y mostrarle nuestro amor. Si importar la situación debemos amar y respetar a nuestro Señor porque Él nunca se olvidará de los suyos.
Si estás pasando por un momento de dificultad o dudas pensando que Él se olvidó de ti por no responderte en el momento que quieres, recuerda que cuando Él está en silencio es porque está trabajando. Y es verdad. A veces es difícil tener que esperar una respuesta de Dios, pero es necesario, porque los planes de Él son mejores que los nuestros.
Acuérdate de Él siempre. Dale la gloria por todo. Por lo bueno, por lo malo. Job, un hombre que tuvo mucha abundancia dijo en su momento más difícil: ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?. Job era próspero pero sabía que también podría pasar por situaciones difíciles y gracias a su pensamiento, en su momento más difícil lo que hizo fue glorificar a Dios.
Que esta reflexión nos ayude a pensar y confiar siempre en Él.