El peligro del legalismo – Gálatas 5:1

Todo el libro de Gálatas nos lleva a varias cosas: Gracia y ley, fe y obras, esclavitud y libertad, carne y espíritu. En este capítulo Pablo sigue una lucha por poner nuevamente en el camino a los Gálatas, puesto que algunos “judaizantes” habían estorbado con enseñanzas distintas. Es importante ver el espíritu luchador del apóstol, pues a pesar de que los Gálatas habían sido sumamente confundidos Pablo continuaba haciendo su función de líder, y admiramos en gran manera la paciencia del apóstol.

Cada líder siempre tiene sus oponentes: Nehemías tuvo su Sambalat y Tobías, David a su Saul y Goliat, Moisés a su Faraón, Juan a su Herodes  y aquí vemos al gran apóstol que tiene como enemigo a los judaizantes. Aquellos judaizantes predicaban otro evangelio, de lo cual Pablo hace mención en el primer capítulo, ellos predicaban que las obras eran el camino a la salvación: ¡Cuánto legalismo! Hoy en día también tenemos un legalismo imperante en muchas de nuestras iglesias, ponemos un montón de carga sobre los hombros de los hombres las cuales no pueden cumplir ni guardar, y esto era justamente lo que hacían los judaizantes con los hermanos de Galacia.

Jesús reprendió a los fariseos y escribas por ser legalistas:

 Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y la ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverla. (Mateo 23:4)

Mateo capítulo 23 es una total dedicación a la hipocresía de los fariseos y escribas. ¡Jesús detestaba el legalismo! Y no es para menos que Pablo el cual recibió este evangelio por revelación (Gá.1:12) tenga el mismo celo que tuvo Jesús.

El propósito del apóstol en este capítulo al igual que los demás es demostrarle a los Gálatas que la gracia persevera sobre la ley, que ya no son esclavos de la ley y que si creen en las doctrinas de los judaizantes están rechazando el sacrificio de Cristo. El legalismo hace una sola cosa: “quitarle total importancia a la gracia que es mediante el sacrificio del Hijo de Dios”. El legalismo es solo un esfuerzo incoherente de querer alcanzar a Dios, casi todas las iglesias tienen una chispa de legalismo, doctrinas de hombres que hacen la carga mucho más pesada. ¡Dios nos libre de tal error!

*Estad, pues, firmes, en la libertad con que Cristo nos hizo libres,  y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud (Gá.5:1) Decía Charles Spurgeon que muchas veces aquellas palabras que parecen tener poco significado están llenas de un significado grandioso. La palabra “estad”  es una forma “imperativa” en la que Pablo se está expresando. Pablo no está diciendo: “si es posible”, “en cuanto dependa de vosotros”. Pablo está dando una orden: “estad” “deben hacerlo”. ¿De que Cristo nos hizo libres? Libros como Romanos nos hace entender que Cristo nos hizo libres de la Ley: Porque  lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne (cap.8:3). ¡Era imposible para el hombre guardar la ley!

¿De qué nos libró Cristo? Cristo nos libró del pecado y de la ira de Dios y ya no podemos estar sujetos al “yugo de esclavitud”, a un grupo de leyes, días y un montón de cosas que son difíciles de guardar. Pablo también escribe a los Colosenses sobre todo lo que ha hecho el sacrificio de Cristo y para que no se dejen estorbar por los legalistas; les dice:

Por tanto, nadie os juzgue en comida o bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo. Todo lo cual es sombra de lo que había de venir, pero el cuerpo es de Cristo. Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal. (Colosenses 2:16-18)

En pocas palabras Pablo está diciendo a los Gálatas: “No estén sujetos otra vez a aquellas cosas que ustedes mismos saben que son difíciles de guardar, pues ya tenemos un mejor camino el cual no debemos menospreciar: la libertad con que Cristo nos hizo libres”.

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1 comment on “El peligro del legalismo – Gálatas 5:1

  1. LOS JUDAIZANTES
    Gentiles y Judíos judaizando a gentiles; (también se conocen como Judíos mesiánicos)

    Ellos creen que el apóstol Pablo cuando predicaba el evangélio de Cristo a los gentiles, les enseñaba el Judaismo (la Torah).
    Esto no puede ser cierto, Porque, el apóstol Pablo afirmó que el evangelio que él predicaba entre los gentiles, ni lo recibió, ni lo aprendió de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo (Galatas 1:11-20).
    ¿Acaso mintió Pablo?,
    No, Porque todos sabemos que el Apóstol Pablo recibió instrucciones de la Ley de un Judío fariseo llamado Gamaliel (Hechos 22:3), y todos sabemos que Pablo no se refirió a la torah de los Judios cuando dijo que el evangelio que él anunciba a los gentiles, ni lo recibió ni lo aprendió de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo; Por lo tanto, Pablo no predicó la Torah (el Judaismo) entre los gentiles.

    Claro está que usó la Ley y los profetas (en las sinagogas Judías cada sábado) para probarles a los judíos (por las Escrituras) que Jesucristo era el Mesía; pero no predicó la Ley como doctrina a seguir para los gentiles creyentes.
    Fíjense en el texto:

    Gálatas1:11-20. -Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo NI LO RECIBÍ NI LO APRENDÍ DE HOMBRE ALGUNO, SINO POR REVELACIÓN DE JESUCRISTO. Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo EN EL JUDAISMO, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; y EN EL JUDAISMO aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, REVELAR A SU HIJO EN MÍ, para que yo le predicase ENTRE LOS GENTILES, no consulté en seguida con carne y sangre, ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor. En esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento.

    Por lo tanto, cuando se aplican cosas de la Ley (la torah) a los creyentes gentiles (dias de reposo, diezmos, alimentos limpios e inmundos, circuncisión, idioma, dialectos, costumbres y culturas judías, etc.), con el propósito marcado de que son imprescindible para salvación; están enseñando otro evengelio diferente al que Pablo recibió de Jesucristo, para predicarlo los gentiles y se están acarreando maldición y perdición (Gálatas 1:6-9).
    Fíjense en el texto:

    Gálatas 1:6-8. -Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para SEGUIR UN EVANGELIO DIFERENTE. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. MAS SI AUN NOSOTROS, O UN ÁNGEL DEL CIELO, OS ANUNCIARE OTRO EVENGELIO DIFERENTE DEL QUE OS HEMOS ANUNCIADO, SEA ANATEMA (maldito).

    Si usted no es Judío, entonces no presuma serlo, ni trate de Judaizar a los gentiles, porque entonces sería un blasfemo (apocalipsis 2:9; 3:9); enseñaría otro evangelio (Gálatas 1:6-8); y sería un apóstata de la Fé (1 Timoteo 4:1).

    JESUCRISTO DIJO:
    – Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), Y LA BLASFEMIA DE LOS QUE DICEN SER JUDIOS Y NO LO SON, SINO SINAGOGA DE SATANÁS. (Apocalipsis 2:9).

    – He aquí, yo entrego de la SINAGOGA DE SATANÁS A LOS QUE DICEN SER JUDIOS Y NO LO SON, SINO QUE MIENTEN; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. (Apocalipsis 3:9).

    EL APÓSTOL SANTIAGO ESCRIBIÓ:
    – Hermanos míos, no os hagáis MAESTROS MUCHOS DE VOSOTROS, sabiendo que recibiremos MAYOR CONDENACIÓN.- (Santiago 3:1).

    EL HERMANO ESTEBAN LE DIJO A LOS RELIGIOSOS Y FARISEOS JUDÍOS:
    ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. (Hechos 7:51)

    MUCHOS RESISTEN AL ESPÍRITU SANTO contradiciendo sus mandamientos con relación a nosotros los gentiles creyentes, cuando aplican la Ley (la Torah) a los gentiles.

    EL CRISTIANO SE CARACTERIZA POR TENER EL ESPÍRITU SANTO Y SE RIGE POR ÉL.
    El Espíritu Santo y los Apóstoles tomaron una decisión sobre nosotros los gentiles, con relación a la Ley de Moisés: Fíjense:

    – PORQUE HA PARECIDO BIEN AL ESPÍRITU SANTO, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias, que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien (Hechos 15:28-29)

    – Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando QUE NO GUARDEN NADA DE ESTO; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación. (Hchos 21:24-25)

    – Y al pasar por las ciudades, LES ENTREGABAN LAS ORDENANZAS QUE HABÍAN ACORDADO LOS APÓSTOLES Y LOS ANCIANOS QUE ESTABAN EN JERUSALÉN. Así que las iglesias eran confirmadas EN LA FE, y aumentaban en número cada día. (Hechos 16:4-5)

    Nosotros los gentiles creyentes debemos seguir el mandamiento dado por el Espíritu Santo y los Apóstoles en aquel concilio: Hechos 15:1-32; 16:4-5; 21:24-25.

    Pero muchos arrastran el zumo y el asiento de los libros que de largo tiempo consumen, quedándose leudados y resistiendo al Espiritu Santo.

    No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo. (Gálatas 2:21)

    ¡¡¡ A DIOS SIEMPRE TODA LA GLORIA !!!

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