Principios bíblicos vs formas

La sociedad cristiana ha ido en pos a la evolución desde la era primitiva. Han nacido nuevas sectas, miles de personas con pensamientos distintos sobre doctrinas, incluso, algunos aluden cosas que los demás deben guardar como si fuesen preceptos bíblicos y esto es algo que ha ido afectando a la iglesia a través de los años, ya que hay demasiados pensamientos sobre las cosas. La iglesia primitiva se destacaba por varias cosas y una de ellas es que eran de un mismo sentir (Hechos 4:32).

La iglesia debe ser lo suficientemente madura y espiritual para saber separar lo que son «formas» y lo que son «principios bíblicos». Las formas tienen que ver más con nuestra cultura que cualquier otra cosa, no todas las iglesias en el mundo tienen la misma forma de hacer algunas cosas, pero todas deben estar marcadas por los principios de las Escrituras. Existen distintas «formas» de hacer las cosas dentro de la iglesia; hay algunas iglesias donde no usan ciertos instrumentos musicales porque creen que no es correcto, otras lo usan porque sí creen que es correcto y aquí tenemos exactamente una variante, un grupo rebaja los principios a formas y el otro grupo eleva las formas a principios, ¿cuál es el principio en este caso? Pues el Salmo 15o dice que todo lo que respire alabe a Jehová.

El mayor error de la iglesia ha sido este: convertir las formas (su manera de pensar, la cultura, sus sentimientos, lo que creen) en principios y haciendo esto están violando los deseos de Dios para con su pueblo, porque esto no se trata de lo que yo creo o de lo que pienso, se trata de lo que dice la palabra de Dios, pues como dice Paul Washer: «Nadie quiere escuchar tu opinión, ellos quieren oír lo que dice la Biblia».

He visto este tipo de error una y otra vez, de repente se levanta un hermano con un «sueño»  o una visión y comienza a decir que usar esto y aquello está mal cuando la Biblia no lo prohibe en ningún capítulo. He visto miles de veces como la iglesia se aferra a sus «formas» y las elevan a principios y los principios los rebajan a «nada».  El corazón latente de la iglesia es el «principio bíblico», en torno a lo que dice la Biblia gira toda nuestra espiritualidad, y si nosotros nos desenfocamos de eso vamos a ser una iglesia enferma.

¿Acaso la palabra de Dios no es suficiente? Decimos un montón de veces que creemos que es infalible, pero ¿creemos que es suficiente y que no necesitamos nada más en la vida cristiana para conocer a Dios y que en torno a ella gira nuestra espiritualidad?

Dejemos de cometer los mismos errores, aferrémonos a los principios bíblicos, que sean la norma de nuestras iglesias, mas no hagamos de las «formas» un ídolo que sustituya cruelmente a los «principios bíblicos».

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