(Restablecidos) — Uno de nuestros seguidores, José Herrera, nos ha compartido una reflexión en nuestra comunidad de Facebook Restablecidos. Dicha reflexión nos pareció muy interesante y por eso decidimos compartirla para que llegue a más personas. Esperamos que sea de bendición.
He estado meditando en un asunto y me gustaría compartírselos:
Muchos queremos abrir mares, mover montañas, hacer llover fuego del cielo, curar enfermos, levantar muertos, expulsar demonios o atraer multitudes con tus talentos. Pero…
¿Cuántos desean arrodillarsey con sus lágrimas lavar los pies de Jesús como aquella mujer agradecida; y al no tener con qué pagarle, y sin importar quien la viese o pensase de ella, mostró así su corazón quebrantado, arrepentido y agradecido?.
¿Quién está dispuesto no tanto a ponerse corbata o falda, si no más bien ir al lodo cenagoso, al pozo de la desesperación, sin importar ensuciarse, con tal de tender la mano a quien pide ayuda arrebatándolos del fuego?.
¿Quién está dispuesto a ayunar quitándose el pan de la boca para llevarlo a la viuda, al huérfano o al desamparado?.
¿Quién está dispuesto a orar en privado, no solo pidiendo para sí o los que amas, mas bien pidiendo también por aquellos que te odian sin causa, y no exigiendo que se haga tu voluntad, sino descansar en la soberana voluntad del Señor a pesar de las adversidad?.
Ser imitadores de Cristo no es soñar con hacer milagros y señales prodigiosas para que muchos te vean. Mas bien es mostrar en Cristo el más grande milagro que ha visto la humanidad:
