En un trabajo publicado en la revista ‘Meteoritics and Planetary Science’, el cofundador del Instituto de Ciencia Planetaria de Tucson, Arizona, EE.UU William Hartmann, explica que lo que inspiró al apóstol Pablo a seguir a Cristo pudo haber sido un meteorito.
Sabemos que antes de convertirse a Cristo, Pablo (llamado Saulo en ese entonces) era uno de los perseguidores más celosos de los cristianos. Su experiencia con Jesucristo fue durante un viaje a Damasco –Siria– sus compañeros y él mismo vieron una luz brillante en el cielo.
Hartmann considera que el meteorito que cayó en Cheliábinsk, Rusia, en 2013, «podría ser un buen ejemplo de lo que experimentó el apóstol Pablo». Al mismo tiempo, el científico subraya que no tiene la intención de desacreditar el cristianismo con su interpretación, simplemente quiere mostrar cómo un meteorito pudo haber cambiado el rumbo de la religión.
En este punto es donde le preguntarías al científico ¿y cómo explicas la voz que escucharon Pablo y sus compañeros? Hartmann, dice que el sonido de la explosión pudo haber sido la fuerte voz que Pablo escuchó. Y nosotros nos preguntamos ¿cómo puede una explosión conversar con alguien?
4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
5 El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
6 El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
Hch 9:4-6
Extraño que una explosión tenga una conversación con una persona ¿verdad?. Aquí es donde Giorgio A. Tsoukalos nos interrumpe y dice que era un alien que estaba hablando con Pablo.